INTRODUCCIÓN
Las personas a diario tenemos que enfrentarnos a
una multitud de decisiones; unas serían simples como qué ropa ponerme por la
mañana, que hacer de comer y otras más complicadas como qué carrera elegir o si
fumar o no. Pero si nos paramos a pensar podemos observar que la mayoría de
nuestras decisiones y conductas, no solo las simples, sino también otras más
complicadas, son resultado de decisiones inconscientes, no meditadas o
provocadas por presiones externas de terceros más que por nuestra propia
determinación. Estas maneras de tomar decisiones deberían ser impensables, ya
que aunque algunas consecuencias de decisiones equivocadas son mínimas, como
elegir unos zapatos, otras consecuencias de decisiones erróneas pueden ser muy
graves, perdurar durante mucho tiempo, afectar a la salud y al bienestar propio
y de tu familia.
Para resolver los problemas son importantes dos
cuestiones:
- Orientación al
problema: hay que ver
el problema desde un enfoque optimista y positivo, el cual consiste en ver los
problemas como un reto, pensar que estos
tienen solución, percibir que tienes la capacidad suficiente para enfrentarlos
y tener voluntad para invertir tiempo y esfuerzo en su solución.
-Un método de
resolución de problemas: es muy
importante disponer de un sistema para tomar decisiones y resolver problemas.
El método se compone de varios pasos que expongo a continuación:
1.
Definición del problema: Identificar el problema del modo más específico
posible y saber que meta se persigue, es decir, aquí se intenta
responder a las siguientes preguntas: ¿Quién está implicado?, ¿Qué sucede?,¿Dónde?,
¿Cómo?, ¿Por qué sucede? Y ¿Qué quiero?.
2.
Buscar alternativas: en esta fase se utiliza el brainstorming(lluvia
de ideas), aquí se propone apuntar cualquier posible solución sin juzgar si es
buena o mala desarrollando la creatividad ya que la cantidad de ideas suele
generar calidad y más probabilidad de escoger la mejor.
3.
Valoración de consecuencias de cada alternativa: Se leen las soluciones valorando las
consecuencias positivas y negativas de cada alternativa corto, medio y largo
plazo, se estima si para esas alternativas tenemos suficientes medios para
realizarlas. También se estima la probabilidad de que puedan ocurrir los
resultados pretendidos de cada alternativa, en qué medida esa alternativa puede
solucionar el problema y cuánto va a padecer o disfrutar el sujeto con la
elección.
Si tenemos varias alternativas
con igualdad de eficacia, una será mejor que otra si requiere menor tiempo y
esfuerzo considerándose el equilibrio entre los beneficios y costes esperados a
corto, medio y largo plazo.
4.
Elegir la mejor alternativa: Una vez se han valorado todos los aspectos se
toma la decisión eligiéndose una solución. Una vez elegida la solución se
analiza si esa solución va a ser suficiente o se tiene que combinar con alguna
otra y se establece un plan de acción compuesto por tácticas específicas para
llevarla a cabo.
5.
Puesta en práctica de la decisión tomada y verificación de los resultados: Ha
llegado la hora de actuar, llevando a la práctica las alternativas escogidas,
valorando una vez realizadas en qué grado resuelven el problema, en qué medida
se alcanzan los objetivos propuestos. Si el problema se ha solucionado se da
por finalizado el método. Pero si la valoración es negativa habrá que analizar
cuál ha sido el fallo para que no funcione y, si es preciso, cambiar la
alternativa de solución.