viernes, 23 de mayo de 2014

¿TIENES CAPACIDAD DE AFRONTAR LAS ADVERSIDADES?

En Psicología, la resiliencia es la capacidad de las personas para sobreponerse a situaciones complicadas (enfermedad, desempleo) o a problemas emocionales (ansiedad, depresión).



Ser resiliente, no significa no sentir malestar, dolor o dificultad ante los contratiempos, sino ser capaz de, pese a los contratiempos, seguir para adelante con tus tareas, luchar  y no perder la esperanza de alcanzar sus metas.  Las personas resilientes  poseen estas  características  principales: saben aceptar la realidad tal como es sin resignarse por ello a conseguir sus objetivos, piensan que la vida tiene sentido, tiene mucha constancia y una inquebrantable capacidad de mejorar.

También cabe mencionar  que la resiliencia ni es una fortaleza biológica innata, ni se adquiere como una parte del desarrollo natural de las personas, sino que es una competencia que se desarrolla a base de haber tenido experiencias problemáticas y haberlas afrontado, es decir, se desarrolla por aprendizaje basado en experiencias, siendo un aprendizaje que cada vez te hace más fuerte y con mayor capacidad de sobrellevar las  frustraciones.

Para conseguir tener resiliencia  son importantes las siguientes cuestiones:

- Ser capaces de reflexionar sobre los problemas e identificar de manera precisa las causas de los problemas, para lograr solucionarlos.

- Desarrollar autocontrol emocional.

- Reflexionar sobre uno mismo, es importante saber que fortalezas y recursos tenemos para llevar las adversidades.

- Confiar en nosotros mismo y tener buena autoestima.

- Ser empáticos, saber ponerse en la piel de los demás para conectar con ellos.

- Capaces de saber ver los obstáculos como retos u oportunidades de mejorar como persona o como profesional.

- Ser capaz de desconectar en los momentos que se puede para recuperar fuerzas.

- Intenta conservar el sentido del humor.

Ya sabéis es algo que hay que desarrollar y entrenar y que da muy buenos resultados a corto y largo plazo, como conseguir un mayor bienestar, conseguir menos nivel de ansiedad y ver la vida más optimista entre otras, así que os ánimo a practicarla y como ejemplo de lo comentado en este artículo os voy a poner una metáfora.

-Metáfora del huevo, la zanahoria y el café:

Un hijo estaba muy angustiado porque tenía la sensación que las cosas le iban cada vez peor, sintiéndose en un callejón sin salida y esto se lo dijo a su madre.
La madre, que percibía la angustia que pasaba su hijo, le miró sonriente y cogió tres cazuelas. En cada una de ellas puso agua; en una metió unos huevos, en otra unas zanahorias, y en la tercera unos cuantos granos de café. A continuación puso las ollas al fuego.

Pasaron unos veinte minutos de cocción, la madre le pregunta a su hijo “¿qué ves?”. El hijo no sabe eso a que viene  y le contesta “¿Qué quieres que vea? No te interesa nada lo que me pasa porque cuando te lo digo te pones a cocer huevos, zanahorias y hacer un café”. La madre imperturbable, le invitó a tocar los tres ingredientes después de haber cocido  y le contesta al hijo “los huevos eran frágiles antes de la cocción, delante de la adversidad (calentamiento y cocción) se habían vuelto duros.

Las zanahorias, que eran duras antes de la cocción, con el fuego, se habían vuelto blandas. Por el contrario el café, cuando ha estado sometido al calor de cocción, mantiene su textura y ha sido capaz de trasformar el entorno: el café ha trasformado al agua.

Entonces le dice la madre “¿qué quieres ser tu delante de las adversidades?, ¡ojalá seas como el café! Que cuando tengas adversidades, seas capaz de hacerte fuerte, sin dejarte vencer, ni aislarte, te rehagas y seas capaz de luchar por cambiar las cosas personales y las injusticias de tu propio entorno.